Manifiesta la abundancia con el Citrino, piedra de Noviembre

El Citrino es la piedra de noviembre y pertenece a la familia de los cuarzos.

Su color amarillo, anaranjado, ámbar y dorado proviene de la mezcla de hierro con el cuarzo. El citrino es un gran cristal para potenciar la meditación, debido a su conexión directa con las energías espirituales.

Está asociado con los Chakras de la raíz, del plexo sacro y del plexo solar.

Ayuda a manifestar la voluntad personal de perseverar y ver algo a través del éxito es útil para reforzar el valor y el esfuerzo que se está gastando.

Otras propiedades del Citrino están vinculadas al proceso creativo, activa la imaginación a través del segundo, tercer y sexto Chakras. Aumenta la claridad mental y permite el flujo de ideas y la visualización.

Especialmente cuando se usa en meditación, esta propiedad citrina es muy efectiva para fortalecer el rendimiento mental y establecer metas.

 

Nos brinda armonía tanto mental como espiritual y nos conduce con naturalidad a concretar nuestras metas y proyectos.

 

Además, es un aliado en los procesos recuperatorios de adicciones, favorece la eliminación de sustancias tóxicas y malos hábitos.

 

Si esta gema es atravesada por el rayo del sol, y esta luminosidad recae sobre las personas vulnerables o que estén pasando por un momento difícil, la poderosa energía solar se multiplica a niveles enormes y como consecuencia, se forma un campo energético que permanece en el tiempo y protege a la persona de las malas energías provenientes tanto del exterior como de dentro de sí mismas.

El citrino está asociado al signo de Leo y Sagitario, es piedra natal de noviembre.

Leyenda del Citrino

La leyenda del citrino comienza en la antigua Grecia, en la ciudad de Delfos, famosa por su oráculo y sus misteriosos mensajes del dios Apolo. Según la leyenda, un grupo de viajeros se acercó al oráculo en busca de guía y sabiduría. Apolo, impresionado por su devoción y sincero deseo de conocer la verdad, decidió concederles un regalo especial.

En una noche de luna llena, Apolo descendió de los cielos y dejó caer una lluvia de rayos de sol sobre una cueva oculta en las montañas. Los rayos de sol penetraron en las profundidades de la cueva, transformando las piedras en su interior en hermosos cristales dorados. Estos cristales dorados eran los primeros citrinos.

Los viajeros, al descubrir estas piedras radiantes, las consideraron un regalo divino y las llevaron consigo como símbolo de la guía y protección de Apolo. Se dice que el citrino irradiaba una energía cálida y solar, llenando los corazones de quienes lo llevaban con alegría, vitalidad y confianza.

A medida que pasaba el tiempo, el citrino ganó popularidad en diferentes culturas y civilizaciones. En la antigua Roma, se creía que el citrino era una piedra de prosperidad y abundancia. Los comerciantes romanos llevaban amuletos de citrino para atraer el éxito en sus negocios y asegurar el flujo constante de riqueza.

Durante la Edad Media, el citrino se convirtió en un símbolo de poder y protección contra las energías negativas. Se creía que su color dorado actuaba como un escudo contra las malas influencias y la envidia. Los caballeros y nobles medievales llevaban consigo joyas de citrino como una forma de protegerse durante sus batallas y desafíos.

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